LEGIO VIIII. SU HISTORIA.
GUERRAS CÁNTABRAS.
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HISTORIA DE LA LEGIO VIIII HISPANA MACEDONICA VICTRIX
Dentro de la estructura organizativa de la asociación Hispania Romana se encuentra su Legio VIIII que rememora la homónima Legio VIIII Hispana Macedonia Victrix fundada por Pompeyo hacia el 60 del último siglo antes de nuestra era. Fue probablemente reclutada para pacificar la Galia Narbonense cuando estaba siendo acosada por la tribu de los galos alóbroges.
En
el año 61 a.JC quedó bajo el mando de Julio Cesar durante su
gobierno de la Hispania para pasar bajo su mando a las Galias en el
58 a.JC participando, junto a la VIII y la X, en su guerra de
conquista. En
las guerras civiles entre cesarianos y pompe- yanos se mantuvo fiel a
Cesar luchando en Dirraqio (Durrës) y Farsalia en el 48 a.JC.
Persigo, en el 46 aJC, a los pompeyanas en la campaña africana.
Tras la victoria de Cesar sus legionarios fueron licenciados y asentados en Picenum, pero tras la muerte de aquel, Octavio volvió a recurrir a aquellos veteranos para enfrentarse a Sexto Pompeyo que fue derrotado en Sicilia en la batalla de Nauloco. Tras la victoria fue destinada a Macedonia donde sus acciones la hicieron merecedora de añadir a su nombre el de aquellas tierras.
El enfrentamiento por el poder entre Marco Antonio y Octavio llevó en el 31 a.JC a participar a la VIIII bajo las ordenes de Octavio participando en la decisiva batalla naval de Actium.
Convertido
Octavio en el primer ciudadano indiscutible de la re publica la
novena legión fue enviada a la Hispania Tarraconense para
participar en la campaña contra cántabros y astures (29 aJC- 19 aJC
) ganando con toda seguridad su nombre de Hispana ante sus decisiva
participación en estas guerras.
Pacificada
toda la península fue destacada en los limes de la germanía para
pasar, tras el desastre de Teutoburgo,
a Panonia donde quedó establecida por un largo periodo si
exceptuamos los años comprendidos entre el 17 y el 24 d.JC en los
que estuvo desplazada en Mauritania, ya reinando Tiberio, para
enfrentarse a Tacfarinas el jefe de la tribu númida de los
musulamios a los que se aliaron los mauri consiguió algunos éxitos que le llevaron a la osadía de exigir tierras o, en su defecto, mantener una guerra
permanente contra Roma. La respuesta de Tiberio fue drástica,
mandar a la Legio VIIII Hispana, junto a la Cohors XV Voluntarium
civium
Romanorum, que frenó la revuelta que solo volvió a activarse tras
la salida de la VIIII en el 23, si bien para ser definitivamente
derrotado un año mas tarde.
Con
Claudio, y su legado Aulo Plaucio, participó en la invasión de
Britania en el 43 dJC. En el año 62 se enfrentó a la revuelta de
la reina Boudicca intentando romper el cerco de Londinium y al no
conseguirlo tuvo que replegarse a su castra en Longthorpe. Cubriendo
la retirara de las tropas romanas sufrió importantes bajas de modo
que no participó en la última batalla que acabó con la rebelión.
Entre
los años 52 y 57, junto a la XX Valeria Victrix, participó en la
derrota del rebelde Venutius consorte de la reina Cartimandua
de
los brigantes pueblo aliado de Roma. Aquel se enfrentó al imperio
tras la desavenencia producida en el matrimonio por la entrega de
caudillo rebelde Caratacus por la reina amiga de Roma.
Unos años mas tarde,en el 65, sus efectivos fueron divididos entre los fuertes de Longthorpe y Newton-on Trent. Es probable que participara en la construcción del Muro de Adriano estando destacada en el 71 en las proximidades de Eburacum (actual York ) donde permaneció hasta el año 120 en el que fue sustituida en aquel lugar por la VI Victrix.
Volvemos
a encontrar datos de la VIIII unos años mas tarde entre los bátabos,
en la ciudad de Noviomagus
(Nimega, Holanda) donde permaneció al menos hasta el 131, cuando
fue enviada a Oriente. Aquí se pierde en la historia no apareciendo
ya en una relación de las legiones existentes en tiempo de Marco
Aurelio. Su desaparición peleando tal vez en Judea, Armenia,
Capadocia o contra los Chatti entra ya en el campo de la
especulación y la leyenda.